Emil Schaller fue un mago que estuvo presente durante mucho tiempo en el Chile de mediados del siglo XX. Se dice que era alemán, austriaco, e inclusive, húngaro, denominaciones que venían de diferentes fuentes, además de corresponder a interpretaciones deducidas por el acento de este mago. De todas maneras, el conocimiento que se tiene de este artista es escaso, al menos en la prensa y las promociones de diarios. De hecho, lo que se llega a saber de este mago proviene de testimonios enraizados en lo más profundo de la memoria de sus propios pares o “tutoriados” de la época. Ellos lo veían como un “mentor”, un personaje digno de reconocimiento y asimilación, lo que revela un carácter pedagógico o incluso “mítico” de Emil.
Si bien ocupaba su nombre, también era conocido como “Oliver”. El 27 de febrero de 1957 el diario La Tercera de la Hora lo presentaba así: “Oliver ‘el mago’ es un número de gran calidad dentro del ilusionismo. Todas las noches se presenta en el ‘New Orleans’ y hace pasar momentos agradables a todos los habitúes, sobre todo cuando comienza a transformar papeles en billetes de 5 mil
pesos”. Para aquella época, su rol de mago especialista en manipulación era algo que marcaba una singularidad en su trabajo. Un tipo de ejercicio que lo permitía agrupar en una categoría. Sin embargo, ¿cuál era el verdadero sello del mago Oliver? Al menos las fuentes hablan bastante de ello, aunque es necesario avanzar a la década de 1960.
Emil Shaller, era un mago destacado para la época, el 02 de mayo de 1961 era uno de los miembros del Círculo Mágico de Chile. Incluso, en 1964, participó del Primer Festival de Magia realizado en Viña del Mar bajo la categoría de “magia oriental”. Y en 1965, vuelve a subir al mismo escenario en la segunda versión de esta instancia junto a Harba Lay, Chan Du y Sanders. La prensa reseñaba su sello característico de esta manera: “El maestro Oliver, llamado así por su largo prestigio y el hecho de no encerrar ningún secreto ya esta ciencia para él, ha recorrido todos los continentes, menos Australia. Para allá voy ahora, nos dice en su acento germano, exhibiendo con él el bastón que lleva consigo en recuerdo de la caída de una barra de circo en sus años de clown musical en Europa”. Pero como recordaban quienes lo visitaron, en el escenario era otra
persona y no necesitaba del bastón para su caminar. Para el año 1965 Oliver estaba nacionalizado en Chile hace 14 años, pero estaba preparando un viaje a Australia.
Su iniciación a la magia, como muchos ilusionistas de la época, se debe a la influencia y observación de un mago que marco su infancia, en el caso de Oliver, su influencia en la magia viene cuando en su infancia pudo apreciar el espectáculo de Okito en Viena, padre de Fu Man Chú, lo que termino despertando el interés por esta disciplina artística.
A raíz de todo esto, Emil en los 60’s era un mago con vasta experiencia y recorrido mundial, por lo que no es de sorprender que haya influenciado a toda una generación de magos. Mario “Atlantis” Mostny o Gustavo Caprario lo consideraban el maestro de la magia de salón, como también, el responsable de haberla importado al país. Incluso, su acento tan peculiar, su forma de expresarse y de realizar la magia se comenta entre quienes lo recuerdan que influenció a Fernando Larraín, el mago Helmut. Lo mismo para otra tanda de personajes que demuestra la importancia de Schaller en el desarrollo de las artes mágicas en Chile.