Harba Lay
El caballero de la Magia
Emilio Scaff Saba, denominado como el mago Harba Lay o el caballero de la magia, uno de los pocos magos chilenos que se presentó en la ciudad. El diario Mundo Árabe, describe detalladamente a este artista: “un mago que transforma un pedazo de papel cualquiera, incluso de diario, en un billete de cincuenta escudos (cincuenta mil pesos) y que no tiene fortuna; que saca de su sombrero conejos y no tiene crianza de conejos; que adivina el pensamiento y no compra números de Lotería o Polla; que hacer aparecer y desaparecer lo que quiera y cuenda quiera y que solo tiene una bondad inmensa y un inagotable voluntad de hacer el bien poniendo al servicio las obras filantrópicas las notables dotes que le regalo la Providencia es, necesariamente, un hombre extraordinario.
Mago Sanders
El caballero de la Medianoche
Es imposible analizar la historia de la magia en Chile durante la década de 1960 sin siquiera mencionar al Mago Sanders. Su trayectoria y su participación en instancias festivas y competitivas durante este periodo lo hace un eje importante a conocer, precisamente, para reconocer otro tipo de acciones y movimientos que recurrían los magos con el fin de mantenerse en el conocimiento público y le rindiera cuentas para vivir de este noble arte.
Fernando Ulloa era su nombre original. “El caballero de la media-noche” era su principal apodo o nombre artístico y se debía al legado otorgado por su padre, quien también se denominaba así en calidad de mago.
Juan Marín
Giovanni, el mago de los niños
Fue en la ciudad de Coquimbo donde surgió Juan Marín, también llamado como “Giovanni, el mago de los niños”, dada su profunda dedicación al ejercicio de esta práctica artística para el siempre en ascenso público infantil (sobre todo desde la década de 1970). No obstante, además de esta especialidad, Marín tuvo una inigualable trayectoria que viene muy de cerca de la imprenta, los libros y el boom de festivales y congresos de magia entre 1970 y 1980.
Adolfo Williams
El caballero de Magia
El viento sopla fuerte en la estepa magallánica de Puerto Natales. Las inclemencias meteorológicas impactan sin piedad en el camino que conecta la otrora localidad chilena con el pueblito argentino de Río Turbio. Sin embargo, para el joven Adolfo Williams Miranda esto es algo común y rutinario. Es 1955, y el joven Adolfo hasta hace unos cuántos meses culminaba sus estudios en el Liceo San José. Una mañana salió de su casa, según él, regresaría en un par de semanas, sin embargo, esos días se transformaron en más de 10 años fuera del país. Adolfo estaba cruzando el paso hacia Argentina en busca de explorar, entre muchos otros oficios por realizar, el de la magia y el ilusionismo, arte que le daría un importante significado a su vida.
Emil Schaller
El Mago Oliver
Emil Schaller fue un mago que estuvo presente durante mucho tiempo en el Chile de mediados del siglo XX. Se dice que era alemán, austriaco, e inclusive, húngaro, denominaciones que venían de diferentes fuentes, además de corresponder a interpretaciones deducidas por el acento de este mago. De todas maneras, el conocimiento que se tiene de este artista es escaso, al menos en la prensa y las promociones de diarios. De hecho, lo que se llega a saber de este mago proviene de testimonios enraizados en lo más profundo de la memoria de sus propios pares o “tutoriados” de la época. Ellos lo veían como un “mentor”, un personaje digno de reconocimiento y asimilación, lo que revela un carácter pedagógico o incluso “mítico” de Emil.
Gustavo Caprario
De Nimos a Gianfranco Caprario
La vida de Gustavo Caprario es un ir y venir. Su destino parecía forjado por sus orígenes y su modo de vida resultaba ser un paralelo respecto al contexto en el que su familia se desenvolvía continuamente. Para empezar, su vida comienza el año 1955 en Valparaíso, siendo hijo de una familia circense en la que su padre era un verdadero trotamundos artístico. El nomadismo que predomina en este oficio de larga data no sólo impactaría en la manera en que Caprario se desarrolló, sino que también determinará su manera de vivir el resto de su vida..
Gerardo Parra
El mago Oli
Gerardo Parra es un nombre bastante reconocido dentro del selecto grupo de magos e ilusionistas en Chile. Para la cultura general nacional, este nombre no es tan ampliamente conocido como sí lo es su nombre artístico: Mago Oli. No obstante, la primera relación que se suele hacer con este mago (o incluso, el primer resultado que entrega el algoritmo de la red) es la situación vivida en 1985 con el accidente en el famoso “tarro de leche”, un acto de escapismo debido a un descuido de uno de los voluntarios del público, al momento de cerrar el recipiente con agua en el que se encontraba Gerardo, esa situación dificultó la ejecución de su posterior escape.
Sergio Motles
David, el hombre de los misterios
La mesa ya está servida, los invitados ya han llegado con diferentes atuendos. Es un cumpleaños muy especial, en donde a los 4 años asiste un niño muy peculiar vestido con un sombrero y una capa cubierta con algunas cartas en su extensión. “Lo vestí de mago”, dice su madre. Es el año 1965, y el anterior relato corresponde a Sergio Motles, actual mago e ilusionista de afición, que en aquella instancia la ha considerado como uno de sus primeros acercamientos fortuitos a la magia.